Mensaje de nuestro consiliario, Rvdo. Sr. D. José Gabriel Martín Rodríguez.
Queridos hermanos y amigos, cristianos cofrades. Queridos enfermos y hospitalarios.
“Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos”. (Hebreos 13,8)
Estamos en el tiempo litúrgico conocido como Adviento. Adviento viene del verbo latino “advenire”, que significa llegada o venida.
Naturalmente, la persona que “viene” es Jesucristo, y este tiempo litúrgico sirve de preparación para su llegada, es decir, la Navidad, y para el resto del año eclesial.
El Adviento consta de cuatro semanas y anticipa la venida de Jesús desde diferentes ángulos.
El anuncio más remoto del Adviento se conoce como protoevangelio, o primer evangelio. Como “evangelio” significa buena noticia, la primera buena noticia se encuentra en el Libro del Génesis, que anuncia al que triunfará sobre el maligno (simbolizado por la serpiente): “Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la de ella; ellos te herirán en la cabeza, y tú herirás en su calcañar”. (Gn 3,15)
Aunque todo el Antiguo Testamento de la Biblia se puede considerar como mensajes de preparación para la venida de Cristo, hay libros que son más explícitamente mesiánicos, y estos son los libros proféticos. El más mesiánico de los profetas fue Isaías. Por eso el Leccionario para las Misas de Adviento tiene tantos pasajes tomados de Isaías. Este autor describe a Jesús como el futuro Mesías, con tal lucidez que al suyo se le ha llamado el “quinto evangelio”. Los profetas Jeremías, Ezequiel y Daniel no se quedan atrás como profetas mesiánicos.
Pues el que había de venir llegó un día celebrado el 25 de diciembre; los textos de la cuarta y última semana de Adviento son muy prenavideños. Aparecen protagonistas cercanos a la venida de Jesús, como la Virgen María, San José y San Juan Bautista con sus padres, Isabel y Zacarías.
Pero el Adviento también espera una venida final conocida como la parusía, o segunda venida o regreso glorioso. Las primeras semanas de Adviento abundan en esa venida escatológica o final.
Además de estas dos venidas, hay una venida intermedia de Cristo, una venida presente. Viene continuamente a los suyos, y no sólo en su Palabra y sacramentos. El Tercer Prefacio de Adviento que aparece en el Misal dice: Él viene ahora a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento. Nos visita especialmente en las personas vulnerables como los niños, los pobres y los enfermos. No debemos dejar que nos pase de largo.
Miramos a nuestros Sagrados Titulares en sus bellas y variadas invocaciones y advocaciones, y confesamos y proclamamos que Jesucristo es la única figura histórica a la que se le pueden aplicar los tres tiempos gramaticales de pasado, presente y futuro. Él es el que vino, viene y vendrá. A esta es, ¡al cielo con Él!
Recibid un fraterno abrazo y el deseo de un esperanzador adviento, que nos prepara al nacimiento de quien es la Paz que tanto necesitamos. Feliz Adviento y Feliz Navidad.