Mensaje de nuestro Consiliario Rvdo. Sr. José Gabriel Martín Rodríguez.
Queridos hermanos y amigos, cristianos cofrades. Queridos enfermos y hospitalarios.
El pasado 22 de febrero, con el Miércoles de Ceniza, llegaba un tiempo de los más importantes para nosotros los cristianos. Llegó la Cuaresma, tiempo de conmemoración de los cuarenta días de retiro, sacrificio y oración de Jesucristo en el desierto de preparación para su vida pública y, para los cofrades además, nuestro tiempo de seguirlo y prepararnos para los grandes cultos, para las oraciones ante Nuestro Señor, para las promesas que durante las estaciones de penitencia se deberán cumplir y, momento de recuerdo del amor que Nuestro Señor Jesucristo tiene hacia todos nosotros.
todos estos momentos necesitan de mucho trabajo y dedicación de todos y cada uno de nosotros sin excepción. Necesitan de nuestra fuerza para mover los enseres que luego serán fiel representación de nuestra Fe. Necesitan de personas que representen a nuestras Cofradías en cada uno de los diferentes actos a los que están invitadas; se necesitan personas que asistan a cada uno de los diferentes actos que las propias Cofradías y Hermandades organizan, preparan y dedican al culto.
Nadie tiene que estar fuera por razón alguna. Nadie tiene que pensar que no puede aportar, que no puede ayudar a los que están trabajando, porque eso es un error; toda ayuda es buena y bien recibida, y por supuesto es agradecida por todos.
Es conveniente que tomemos conciencia de que la Cuaresma es el camino preparatorio para la Semana Santa, y no sólo los días de salidas procesionales en las que participamos, sino también son los Triduos, Quinarios, Besapies ó Besamanos (Veneraciones), presentaciones de carteles y pregones, y cualquier acto cuaresmal, la preparación de los días de Semana Santa, los adornos a las diferentes imágenes, la colocación de todos los enseres, y sobre todo, ver hechos realidad muchos de los proyectos que parecían imposibles y que poco a poco ven ahora la luz.
La Cuaresma es un momento de reflexión y de saber perdonarnos unos a otros y olvidar viejas discusiones que no llevan a nada. Desearía en esta Cuaresma todos nos pudiéramos acercar mas, y darnos la paz como buenos cofrades cristianos.
Miramos a nuestros Sagrados Titulares en sus bellas y variadas invocaciones y advocaciones, y les pedimos una conversión verdadera, un mayor compromiso evangelizador y una santa y fecunda Cuaresma. ¡Al cielo con ella!.
Recibid un fraterno abrazo y el deseo de un mes saludable, santo, fecundo, pacífico, pacificador y esperanzador.
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