CIRIO DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD «INICIO» (SEPTIEMBRE 2025)

Queridos hermanos y amigos, cristianos cofrades. Queridos enfermos y hospitalarios.

Iniciamos un nuevo curso pastoral y en los comienzos está siempre la duda de cómo será el camino; qué dificultades se plantearán y qué logros se alcanzarán. Ante esta situación
quizás es bueno buscar los orígenes. ¿Dónde está la raíz de nuestra tarea?

Nosotros sabemos que el origen está en Dios y esto nos llena de confianza. En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. La tarea eclesial es dejar actuar a Dios. El deseo divino es el de colmarnos con su gracia y fortalecer nuestro
quehacer para que seamos sus testigos.

Iluminar el comienzo de curso con la seguridad de la presencia de Dios con nosotros ayuda a encauzar la tarea evangelizadora. Partimos de que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Su vida es modelo de la misión de la Iglesia, estar presente en la vida cotidiana para ser testigos con obras y palabras de la luz del Reino de Dios acallando las sombras del mal. Dar a conocer la buena noticia de la misericordia de Dios y hacerla presente desde la
alegría de compartir el día a día.

Concretar este testimonio es ser cauce de la palabra de Dios, ayudar a reconocer como la luz a las tinieblas, celebrar gozosos la fe en Jesucristo, ayudar a fundamentar la existencia en los valores eternos, rescatar del vacío el corazón que necesita ser colmado por el amor de Dios, hacer presente Reino de Dios al ser testigos del amor que Jesucristo nos ofreció y nos si-
gue otorgando al participar en los sacramentos.

Inmensa es la tarea por realizar y contamos con nuestras capacidades que siempre son limitadas. Somos conscientes de que la tarea no nos supera en cuanto que es tarea de Dios para quien nada es imposible. Y que incluso a pesar de estar en nuestras manos la tarea, Él es
el que nos empuja, capacita y asegura su éxito.

O tenemos claro que del Señor depende que la semilla de su palabra germine y de fruto o nos cansamos inútilmente en sembrar regar y cuidar. Que el Señor bendiga nuestro nuevo
curso pastoral y nuestro empeño en ser generosos y fieles trabajadores de su viña.

Bajo el amparo de nuestra Madre y Señora de las Angustias ponemos este nuevo curso pastoral y rogamos al Señor que el don de su Espíritu nos acompañe, aliente y sostenga en
fidelidad durante todo este año. Dejémonos conducir por Él.

A esta es, ¡al cielo con Él! ¡A esta es, ¡al cielo con Ella!

Recibid un fraterno abrazo y el deseo de un mes saludable, santo, fecundo, pacífico, pacificador y ESPERANZADOR. ¡Feliz curso pastoral! Deseo y palabra de amigo y hermano, de consiliario y delegado.

José Gabriel Martín Rodríguez. Delegado episcopal para las HH.CC. de la Diócesis de Granada. Consiliario de la R.F.HH.CC. de Granada. Consiliario de la Hospitalidad Granadina de Ntra. Sra. de Lourdes