SALUDO A LA HERMANDAD POR FÍN LLEGÓ LA HORA, NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD DE SAN JERÓNIMO ES CORONADA (NOVIEMBRE 2022)

Mensaje de nuestro Consiliario, Rvdo. Sr. D. José Gabriel Martín Rodriguez.

Queridos hermanos y amigos de la Muy Antigua y Real Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y Descendimiento del Señor.

Por fin llegó la el día y la hora soñada, que no programada. Y, ¿qué deciros de Ella?. Ni siquiera sé por dónde empezar. Sólo alcanzo a deciros, que busquéis la luz de su mirada al rezar ante sus plantas. Cada hombre o mujer que la mira siente algo especial, distinto, extraordinario. A mí me pasa lo mismo. Ella es la piedad dulce y mariana, en la cual se edifica un espacio santo y una ocasión propicia para la contemplación de la Belleza increada, del esplendor divino y humano y de la obra principal del Espíritu de la Belleza Santa. En Ella, hermano y hermana, cristiano y cristiana cofrade, encontramos nuestra consagración a su Sacratísimo Corazón; nuestra pertenencia a la Virgen de la Soledad, haciéndonos distinguir como hijos escogidos, reconociendo su misión maternal sobre todos nosotros, y entregándonos a Ella para dejarnos guiar, enseñar y moldear por su soledad y su divino corazón.

Porque ya lo dijo Jesús Resucitado:

 “Que todas las generaciones

 bienaventuradas te llamarán Soledad.

 Y serán muchos,

los que hasta ti

alcemos los ojos

desde nuestras propias cruces.

Buscando en tu mirada,

el consuelo que nuestras penas ahogue;

implorando a tu divina fuerza,

que siempre erguidos nos sostenga;

rezando asidos a tus manos,

para que alivies nuestros dolores;

encontrando en tu mirada,

la fe que nos acompaña”.

Esa es la tarea de nuestra Madre de la Soledad jerónima, esa es su eterna tarea: la de ser educadora, consoladora y mediadora de todos; la de ser Madre de todos en esta bendita tierra. Porque en el dolorido corazón de la Virgen de la Soledad no cabe la exclusión; que, en su herido corazón, no cabe ni el odio ni el rencor. Que, de toda cuida, sobre todo, de aquellos que llevan la huella de la cruz de Jesucristo en su cuerpo o en su alma; que sobre todo acompaña a los pecadores, pues no hay mayor soledad que la de estar lejos de Jesucristo, Descendido, Yacente y Resucitado; que no hay mayor soledad que estar enfrentado con Dios, el origen de la felicidad y de la vida.

Y para consolarnos de tan triste soledad,

sin darnos apenas cuenta,

María de la Soledad

hasta nosotros llega.

Con su corona reconocida y reestrenada,

más yo seguiré sin reparar

en esa muestra de amor

por tantos hermanos hecha,

porque mis ojos, siempre buscarán su eterna mirada.

Y no me fijo en nada,

sólo en la mirada.

de la bendita Mujer

que alivia mis penas

y mi soledad acompaña.

Pero ya se marcha recoronada,

mi alma se ha llenado de su esperanza,

que Ella misma me entrega

en un pétalo de flor que le ha llovido del cielo.

Nuestra Señora de la Soledad,

a otros arrebatará el alma,

inundándolas con su indescriptible mirada

de fe cristiana y eterna esperanza.

La mirada que nos hará

ser mejores personas

el día de mañana.

La indescriptible mirada,

que, al iluminar nuestra cara,

en silencio o en voz alta,

nos hará gritar:

¡Eres tú Virgen María,

¡la Virgen de la Soledad Coronada y reCoronada!

Miramos a nuestra Señora de la Soledad de San Jerónimo, Coronada y reCoronada y le pedimos que por nuestra comunión, participación y misión seamos su más preciada y preciosa corona.

Muy Antigua y Real Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y Descendimiento del Señor, felicidades y enhorabuena, vosotros hermanos cristianos y cofrades y devotos, recibid un fraterno abrazo en Señor.

José Gabriel Martín Rodriguez

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