Cada año, terminando el periodo veraniego y comenzando los primeros días de septiembre, los corazones de los cofrades de los Dolores empieza a latir a un ritmo más rápido, acompasado y siguiendo el ritmo de una marcha de semana Santa que nos retrotrae a aquellos Lunes de faja, capillo y partituras musicales. Los corazones aceleran el ritmo con los nervios de saber que se acerca el día de poder estar más cerca de nuestra madre de los Dolores, que baja de su retablo para rodearse de aquella gente que le ama y a la que ama.
Y así fue. Un nuevo 15 de septiembre llenó la Iglesia de San Pedro y San Pablo de hermanos, devotos, curiosos y turistas que recorrían la carrera y se maravillaban con el tesoro de encontrar una perla en el Darro: a Nuestra Señora de los Dolores que bajaba de su retablo y se disponía en la cercanía del Altar Mayor.
Una jornada de nuevo única que nuestra hermana Cristina Bueno ha sabido captar con el objetivo de su cámara y regalarnos a todos unas instantáneas preciosas de nuestra madre y el altar de cultos dispuesto para la ocasión.
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