Nuestra Señora de los Dolores luce ya la primera vestimenta del nuevo ciclo litúrgico C, la tradicional vestimenta de Inmaculada que nos recuerda el dogma proclamado en 1854 por el papa Pío IX que afirma que María fue preservada inmune de toda mancha de pecado. Para esta ocasión, Nuestra Señora de los Dolores porta manto de terciopelo azul así como cuerpo brocado con inspiración floral en tonos celestes. Destaca en su pecho la recuperación en su ajuar de un peto o pecherín de finales del siglo XIX o principios del siglo XX, realizado en seda natural y pintado a mano con motivos vegetales y florales.
Como no podía ser de otra manera, la Santísima Virgen ha sido ataviada para este tiempo de Adviento y Navidad por su vestidor don Francisco Garví y el cuerpo de camareras de la Virgen.
Compartimos las fotografías realizadas por nuestra hermana Cristina Bueno.