La Iglesia dedica el mes de noviembre para, de forma especial, recordar y pedir por todos los difuntos del mundo. Es habitual que durante éste mes las imágenes marianas vistan de forma significativa por ello en las llamadas «vestimentas de luto» o de «difuntos». Éstas vestimentas se caracterizan por adoptar los colores clásicos del luto: negro o morado.
Ya en 1502 los Reyes Católicos en su pragmática sanción sobre «luto y cera» recogían y regulaban la tradición del luto castellano que se exteriorizaba en las vestimentas además de en las actividades propias de las familias del difunto. Hay que remontarse al siglo XVI cuando la reina Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II, inaugura la tradición de revestir las imágenes religiosas con telas a la forma tradicional del luto castellano dentro de la corte de los Austrias. Ésta tradición se mantuvo durante siglos hasta finales del siglo XIX, cuando las imágenes de la virgen empezaron a adoptar nuevos elementos que realzaban la figura de la virgen y la llenaban de atributos propios de su divinidad. Empezaron también por entonces a usarse otros colores más propios a las nuevas advocaciones que fueron adoptando las imágenes de la Santísima Virgen.
Las modas entraron así en las vestimentas marianas que se han ido manteniendo hasta nuestros días. Noviembre ha quedado reservado para recuperar las vestimentas de luto, propias por el color negro (o morado), aunque en muchas ocasiones distan mucho de las primeras vestimentas a la usanza castellana.
En Granada, las imágenes de la Virgen acostumbraban a vestir durante todo el año del mismo modo, cambiando sólo para la salida penitencial o eventos especiales, algo que empezó a cambiar durante los años 50 del siglo pasado cuando empezaron algunas cofradías a adaptar las vestimentas a los tiempos litúrgicos, apareciendo también las de difuntos.
Nuestra Semana Santa recoge las tradiciones y los cambios de los siglos pasados y continúa en una lenta pero imparable evolución, que se muestra también en el arte de vestir a María.
Nuestra Señora de los Dolores para este mes de noviembre vuelve a presentarse en la vestimenta «de luto» en la que destaca la toca castellana que cubre su sagrada testa y que se recoge sobre su pecho, imagen propia de las mujeres enlutadas en la España de los siglos XIX y XX.
Fotografías de nuestra hermana Cristina Bueno.
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