Quien ha tenido en sus manos un grano de mostaza sabe hasta qué punto se trata algo muy pequeño. Sin embargo, sembrada y cuidada se acaba convirtiendo en “un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros a anidar en sus ramas”. Con este fuerte contraste, el Señor quiere captar nuestra atención y ayudarnos a comprender la vitalidad del Reino de Dios, la fuerza del dinamismo del amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo (cf. Rm 5,5). Es el amor de Dios quien hace las cosas valiosas y grandes. Al mismo tiempo nos muestra Jesús cómo la grandeza de nuestras acciones no está en la importancia o repercusión externa que pueda tener, sino en el amor que hayamos puesto en hacerlo lo mejor posible. La grandeza de las cosas no está en la magnitud del éxito.
Por eso hoy queremos haceros llegar los pequeños detalles que conformaron un 15 de Septiembre especial, atípico y deseado. todas aquellas imágenes imperceptibles que consiguen traspasar las barreras de los sentidos. Un regalo para ella y para sus hijos.
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