Con su presencia imperceptible,
con sus lazos de amor invisibles,
con su corazón puro y brillante,
Madre del Creador,
Dador de vida y Salvador,
Nos protege a todos
uno a uno sin redición.
Para que los hijos del Creador
hagan del mundo un mundo mejor.
Para que los hijos del Dador de vida
den vida a otros seres.
Para que los hijos del Salvador
valoren y respeten la vida de otro ser
porque todos somos iguales
indiferente al aspecto exterior.
Todos hemos nacido para un mismo objetivo que,
indeterminado aún lo es.
Mas menos falta,
para que llegue el día,
que el mundo
en el que vivimos,
llegue a su fin,
y sólo queden las estrellas
en las que las personas
se transforman al morir.
Cristina Gervilla Aguado (16 años)
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