Mensaje de nuestro Consiliario Rvdo. Sr. D. José Gabriel Martín Rodríguez.
Queridos hermanos y amigos, cristianos cofrades. Queridos enfermos y hospitalarios.
El sábado, 30 de noviembre, por la tarde, víspera del domingo, comienzó este año 2024 el tiempo de Adviento. La palabra adviento significa venida, llegada de Jesucristo, el Hijo de Dios, nuestro Señor y Salvador, del cual, hecho hombre, celebramos su Nacimiento en Navidad. Para esta venida y acogida nos preparamos en este tiempo de Adviento.
El Adviento tiene una triple proyección, tanto en la celebración como en la vida cristiana: Hacia el pasado, hacia el futuro y en el tiempo presente: Hacia el pasado, el histórico que permanece, se trata de la venida real del Hijo de Dios hecho hombre, que vino a salvarnos, tal como se refiere en la Sagrada Escritura y se celebra en la Liturgia. Así lo recordamos y lo vivimos y actualizamos en las celebraciones litúrgicas y de la religiosidad popular, como los Belenes o Nacimientos, las lecturas y costumbres del tiempo.
El Adviento tiene también una proyección hacia el futuro, hacia la última venida del Salvador, de la que nos hablan con frecuencia en este tiempo las lecturas de la Sagrada Escritura y de las celebraciones. Son lecturas que a veces provocan miedo o temor; pero no es ése su objetivo, sino que han de servirnos para que nos inspiren y provoquen en nosotros la esperanza y la confianza en nuestro Señor y Salvador, que vendrá con gloria, al final de los tiempos, y a acogerlo y a esperar de Él la salvación y a ponernos en camino en la dirección y por la senda adecuada. Vivimos en el tiempo gozoso de la alegre esperanza en el Señor que vendrá definitivamente a salvarnos y que está siempre presente y en camino y nos invita a acogerlo y a prepararnos para la acogida.
Finalmente, el Adviento tiene la perspectiva del presente en la vida personal y en las celebraciones de la presente y actual venida del Señor a la persona creyente por el perdón, por la vida sacramental, por la oración, por la gracia, por la acogida y la presencia del Señor en nuestra vida, en la vida de nuestras comunidades y en nuestra acción misionera y de la caridad.
Vivir y celebrar el Adviento en esta triple perspectiva de pasado, futuro y presente, nos ayudará a vivir y celebrar la auténtica Navidad y nos liberará de la agitación, de las prisas y disipación, tan presentes en estos días en la vida de la sociedad y del comercio.
Modelos para preparar y para prepararnos en la esperanza de la Venida del Señor, se nos ofrecen en los profetas del Antiguo Testamento, en Juan el Bautista y, sobre todo, en la Virgen María, que prepara, acoge y nos trae a su Hijo, nuestro Señor y Salvador.
ADVIENTO, a esta es, ¡al cielo con Él! ADVIENTO, tiempo de la ESPERANZA, a esta es, ¡al cielo con Ella!
Recibid un fraterno abrazo y el deseo de un ESPERZANZADOR adviento, que nos prepara al nacimiento de quien es la Paz y la ESPERANZA que tanto necesitamos. Feliz Adviento y Feliz Navidad. Deseo y palabra de amigo y hermano, de consiliario y delegado.