CIRIO DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD PARA NUESTRA CANDELERÍA «NOVIEMBRE: MES DE ESPERANZA» (NOVIEMBRE 2024)

Mensaje de nuestro consiliario Rvdo. Sr. D. José Gabriel Martín Rodríguez

          Queridos hermanos y amigos, cristianos cofrades. Queridos enfermos y hospitalarios.

          El mes de noviembre, que comienza con la gran fiesta de Todos los Santos, a la que sigue la Memoria de Todos los fieles difuntos y termina con la fiesta del Apóstol San Andrés y con el comienzo del tiempo de Adviento, preparación para la Navidad. Noviembre puede ser considerado y vivido como un mes de esperanza.

          La fiesta de Todos los Santos, que, como toda fiesta de ángeles o de santos es siempre culto a Dios, que se manifiesta en la santidad de sus criaturas fieles, es siempre una fiesta de esperanza para nosotros, que estamos en el camino que han recorrido y consumado ya los santos. La misma conmemoración de nuestros fieles difuntos, que se celebra el día después del día de Todos los Santos, pero que, por razones prácticas y laborales, ya se anticipa al día de Todos los Santos, por la tarde, en la oración y visita a los cementerios, es también una experiencia y una manifestación de nuestra esperanza en que Dios acoja a nuestros difuntos y a nosotros en su compañía para siempre. Somos invitados a vivir y celebrar en el mes de noviembre manteniendo siempre presente la perspectiva de la esperanza.

          Noviembre es conocido tradicionalmente como el mes de ánimas, por la frecuente oración por los difuntos, pero la práctica de la oración por los difuntos no debe llevarnos a la tristeza y el desconsuelo, sino a la esperanza en Dios, Señor de la vida y de la muerte, que en Jesucristo Resucitado es la razón y el origen de nuestra esperanza para nosotros y para nuestros difuntos de que también nosotros resucitaremos con Él.

          Orar y vivir con esperanza no es estar inactivos esperando que otro nos haga la tarea. La esperanza cristiana es ciertamente una virtud, regalo de Dios, que tenemos que pedir; pero, al mismo tiempo es una virtud que nos obliga y compromete a trabajar y vivir manteniéndonos orientados en la dirección que Dios quiere que caminemos. Nuestra vida ha de estar orientada no sólo por la fe en los misterios de la Vida y Muerte del Señor, sino también en los de su Resurrección y Glorificación, para Jesucristo, presente, para nosotros, futuro que esperamos y vivimos en el presente.

          Hermanas y hermanos, somos todos invitados a vivir orientados en la dirección que nos vaya marcando el Espíritu Santo por medio de la Palabra de Dios y los signos que aparecen en nuestra vocación y tarea y en la relación con los demás, manteniendo siempre la esperanza, que viene de Dios y que nos compromete en su camino.

          Ante las inundaciones a consecuencia de la DANA, pidamos al Señor por la paz y eterno descanso de los fallecidos y que, sin perder la paz, hagamos nuestras las necesidades de las víctimas y damnificados y sepamos ofrecerles consuelo y ayuda, en la medida de nuestras posibilidades, sabiendo que “la medida del amor es amar sin medida”.

          Recibid un fraterno abrazo y el deseo de un mes saludable, santo, fecundo, pacífico y ESPERANZADOR. Deseo y palabra de amigo y hermano, de consiliario y delegado.

José Gabriel Martín Rodríguez