El Grupo Joven de la Cofradía Nuestra Señora de los Dolores se ha unido para llevar a cabo la tradicional acampada, esta vez bajo el nombre “SIEN7E”, un encuentro donde hemos compartido y aprendido sobre la riqueza de los sentimientos.
Los sentimientos, aunque poderosos y necesarios, son pasajeros, van y vienen como las olas, y no siempre reflejan la verdad. A veces la tristeza, el miedo o la incertidumbre nos embargan, pero lo que realmente importa es que el Señor está por encima de todo eso. Él nos enseña que, aunque las emociones cambien, su amor es constante y nos ofrece paz en medio de la tormenta. Nos ha invitado a reconocer, aceptar y gestionar nuestros sentimientos, pero siempre recordando que nuestra seguridad y fortaleza se encuentran en Él, que nunca cambia ni nos abandona. Aprendiendo que cuando el horizonte se tiña de oscuridad, no olvidamos que Él está al mando, guiando nuestros pasos con amor y sabiduría.
A lo largo del fin de semana, hemos participado en talleres que nos ayudaron a profundizar en este aprendizaje, como la creación de bolsas personalizadas, donde cada uno dejó fluir su creatividad y expresó sus sentimientos de manera única. Aunque nuestras expresiones y formas de sentir sean diferentes, todos estamos unidos por un lazo inquebrantable: el amor del Señor y de nuestra Madre, la Virgen de los Dolores, que nos reúne y nos fortalece como una gran familia en la fe.
Tuvimos la inmensa bendición y sorpresa de que nuestro párroco y consiliario, D. José Gabriel Martín Rodríguez, nos invitara a compartir la mesa del Señor a través de la Eucaristía. En un entorno humilde y natural, la presencia de Dios se sintió más fuerte que nunca, pues en ese momento, el Señor vino a nosotros para convertir nuestros corazones en su sagrario vivo. Fue un instante de profunda unión y gracia, donde lo sencillo se volvió sagrado, y el amor de Cristo nos envolvió de manera única y transformadora.
En ese momento, comprendimos cuán profundamente está el Señor ligado a nuestros sentimientos. A través de la Eucaristía, Él no solo se hizo presente en el pan y el vino, sino también en lo más íntimo de nuestros corazones. Nos mostró que no hay emoción, alegría o tristeza que Él no abrace con su amor infinito. Descubrimos que cada sentimiento es un camino para encontrarnos con Él, y que en cada uno de ellos, el Señor nos sostiene, nos escucha y nos transforma, haciéndose uno con nuestras vivencias más profundas.
Pero, esto es solo el principio. El sentimiento que hemos experimentado este fin de semana no termina aquí; es una semilla que ha germinado en nuestros corazones. Nos reencontraremos pronto, con la alegría de seguir compartiendo y fortaleciendo nuestros lazos en la fe. Juntos, continuaremos este hermoso viaje de crecimiento espiritual, aprendiendo y apoyándonos mutuamente en cada paso del camino. ¡La aventura apenas comienza!
Queremos agradecer de corazón a todos los que participaron en este fin de semana tan especial. Cada uno de vosotros ha sido parte esencial de esta experiencia, y juntos hemos construido momentos inolvidables llenos de fe, alegría y hermandad. A todos aquellos que quieran unirse a nuestra próxima convivencia, os esperamos con los brazos abiertos. No importa de dónde vengas o lo que sientas, aquí siempre tendrás un lugar, porque caminamos juntos bajo la luz del Señor y el abrazo de nuestra Madre, la Virgen de los Dolores. ¡Nos vemos pronto!