Mensaje de nuestro consiliario Rvdo. Sr. D. José Gabriel Martín Rodríguez
Queridos hermanos y amigos, cristianos cofrades.
Parece que el reloj se paró en marzo de 2019 Desde entonces, planes y proyectos quedaron en suspenso a la espera de que la pandemia nos dé una tregua y nuestra vida se “reinicie”. Sin embargo, dicen que el que espera, desespera. En los últimos meses han aumentado las patologías relacionadas con el estrés, la ansiedad, el miedo…
Para los cristianos se avecina un tiempo de espera, pero no de desesperanza, sino todo lo contrario. Llega el Adviento. Un tiempo litúrgico nuevo que nos invita a prepararnos, a autoevaluarnos, a estar alerta, atentos, disponibles y activos, a pesar de estar esperando la llegada del Mesías.
Si esto lo trasladamos a nuestra vida diaria, debería servirnos para darnos cuenta de que en realidad, nuestra vida no se ha quedado en pausa. De que a pesar de todo, la vida sigue, lo podemos apreciar en la naturaleza, en los aprendizajes personales de estos meses, en los que se han ido y también en los que siguen a nuestro lado, aunque sea con tecnología mediante.
Debemos estar más que nunca alerta para todas esas personas que no protagonizan las noticias y que pasan desapercibidas, esas personas que están a nuestro lado y nos necesitan de muchas formas: buscando consuelo, aliento y esperanza, o ayuda material y económica, vestido, alimentación, pagos de luz, acogida y reivindicación de los derechos de los “descartados”… “Velad”, dice el Evangelio y grita el Adviento. Y no es quedarse parados, anquilosados. Es estar expectantes, sintiendo la llamada de Jesús como cierta, real. Ojalá Él no se canse nunca de venir, y que nos encuentre en espera, caminando y no en “stand-by”.
Miramos a nuestros Sagrados Titulares en sus bellas y variadas invocaciones y advocaciones, y les pedimos que seamos testigos e instrumentos de espera y esperanza, viviendo en adviento permanente ¡al cielo con él! ¡todos de frente valientes!.
Recibid un fraterno abrazo y el deseo de un mes saludable, santo, fecundo, y sin temor alguno.
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