Finaliza una semana histórica para la cofradía de los Dolores que ha sido vivida de forma muy intensa y emotiva por los hermanos de la corporación y por las hermanas cistercienses de San Bernardo.
Dos traslado, uno de ida y otro de vuelta, de escasa distancia, tan solo cruzar la hermosa carrera del Darro, es lo que ha marcado el inicio y el fin de una época.
Con total emoción las hermanas cistercienses del convento de San Bernardo se despidieron de la virgen de los Dolores de la que tanto cuidaron cuando esta cofradía mantuvo en su capilla su sede canónica.
Se marchan a Burgos, pero se van con el cariño de los hermanos con los que compartieron sede y con los nuevos que han conocido en estas jornadas. Además, la hermandad tuvo un pequeño detalle con ellas.
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